La ansiedad es una respuesta emocional que surge a partir de una situación incierta o estresante. Es normal que surja justo antes de una entrevista de trabajo, un examen importante o una discusión.
El problema surge cuando la activación corporal y mental de la ansiedad persiste en el tiempo y nos domina, afectándonos en nuestra vida diaria.
Cuando este sistema que está diseñado para responder de inmediato y durar poco tiempo se mantiene activado por largos periodos acaba generando un desgaste y malestar duradero desproporcionado a la situación que lo originó. En algunos casos llegando a aparecer ataques de ansiedad de forma repentina y sin motivo aparente que los precipite.
Lo que sucede es un desequilibrio entre el reto presentado y las capacidades que creemos que tenemos para resolverlo; ante esto, solemos anticipar todo tipo de pensamientos catastrofistas respecto a las posibilidades de desarrollar con éxito la tarea encomendada, ante esta expectativa de fracaso, nos paralizamos, y toda la activación corporal de la respuesta de ansiedad, queda “encerrada” en nuestro cuerpo; No hay lugar para la descarga de esta activación en la acción que deberíamos realizar; sería como encender el motor de un coche y no circular, el coche después de un rato vibra y esto resulta bastante molesto.
Si quieres conocer más sobre los tipos de ansiedad y sus síntomas, deberías de seguir leyendo este post, ya que te daremos las claves para saber más sobre la ansiedad.
Síntomas generales de la ansiedad
La ansiedad se manifiesta de diferentes maneras en las personas, tanto de forma física como mental.
Queremos informarte sobre los principales síntomas de la ansiedad, a pesar de que en cada persona pueden presentarse de diferente forma.
Lo más importante es acudir al médico en cuanto pensamos que podemos estar sufriendo este problema, ya que hay numerosos psicólogos en nuestro país que te enseñarán y ayudarán a saber cómo combatir la ansiedad.
En Galicia, hay grandes profesionales que te pueden dar diagnóstico y tratamiento de ansiedad en Coruña.
Los principales síntomas de la ansiedad son:
Síntomas físicos:
- Tensión muscular
- Hormigueo en las extremidades
- Sudores excesivos
- Sequedad en la boca
- Taquicardias
- Diarrea
- Desmayos
- Mareos
- Temblores
Síntomas mentales:
- Preocupación constante por algo o que aparece de forma repentina e inesperada
- Insomnio
- Miedo o pánico sin motivo
- Dificultad para respirar
- Irritabilidad
- Cansancio constante
Los principales tipos de ansiedad
A continuación, vamos a mostrarte los principales tipos de ansiedad para que puedas reconocerlos de forma sencilla.
1. Trastorno de ansiedad generalizada
A pesar de que muchas personas sientan ansiedad en ocasiones puntuales, el trastorno de ansiedad generalizada se da cuando la preocupación aparece sin ningún motivo aparente y a diario.
Cuando estamos constantemente anticipando peligros donde no los hay, el cuerpo reacciona como si en realidad los hubiese, (siguiendo el símil del coche, sería como encender constantemente el motor y no saber para que lo hemos encendido o hacia donde nos queremos dirigir); con tantos arranques sin dirección, la conciencia acaba perdiendo la cuenta de qué fue lo que originó tal reacción corporal, anclándonos en una situación de ansiedad crónica.
Las personas que sufren de ansiedad generalizada pueden llevar meses o incluso años intentando sobrellevarla, a costa de una vida social, familiar y laboral que se va deteriorando cada vez más, haciendo difícil el desarrollo de las actividades del día a día.
Somos psicólogos especializados en ansiedad y te ayudaremos a tratar la ansiedad. Cualquier momento es bueno para pedir ayuda y mejorar tu calidad de vida.
2. Trastorno de pánico
Este tipo de trastorno se caracteriza por momentos de ansiedad no constantes, pero mucho más extremos en comparación a las personas que sufren de ansiedad generalizada.
Los ataques de pánico se caracterizan por una activación fisiológica y mental muy intensa que suele durar entre 5 y 30 minutos, soliendo alcanzar la máxima intensidad a los 10 minutos, después de los cuales los síntomas no suelen ser tan intensos pero el malestar puede persistir a veces, durante horas.
Los pensamientos más habituales son el miedo a morir debido a que se interpreta que los síntomas que se padecen son el indicativo de un ataque al corazón, o miedo a ahogarse, o a volverse loco.
Fisiológicamente aparecen los síntomas asociados a la emoción del miedo, como son; hipertensión arterial súbita, taquicardia, dificultad respiratoria, mareos e inestabilidad, sudoración o náuseas, puede haber también una percepción de irrealidad y de no reconocimiento del entorno.
Lo que más suele desconcertar a las personas que padecen este trastorno es que no entienden por qué les ocurre esto, ya que en muchas ocasiones no hay motivo aparente que desencadene los ataques; por ello, les es difícil de explicar a los demás porque se sienten así, y en numerosas ocasiones sienten que hay algo en ellos que no va bien, “que no son normales”, se sienten juzgados por los demás y se culpabilizan por esto que les ocurre; esto suele generar vergüenza, y ante ello la persona afectada se va aislando cada vez más, sin poder compartir con nadie esto que le sucede.
Es vital entender que esto es una reacción que cualquier persona puede tener en algún momento de su vida, que no tenemos el poder de controlar que esto ocurra o no ocurra, pero si podemos desarrollar estrategias para calmarnos y poder explorar el contexto en el cual surgió el miedo, aportando luz y sentido a esta reacción de ansiedad y mejorando notablemente la calidad de vida.
En algunos casos se desarrolla lo que llamamos agorafobia, donde se produce un “miedo al miedo”, miedo a que se vuelva a dar un ataque de pánico y que no haya una salida, es como si no confiasen en que nadie los puede salvar si aparece el ataque, ante esto, la persona evita estar en lugares concurridos donde “escapar” en caso de tener un ataque de pánico, sea difícil.
Véanse (supermercados grandes, cines, centros de ocio, restaurantes, ascensores, hacer cola en el banco…), con lo cual, la vida se ve limitada cada vez en más ámbitos.
La buena noticia es que, a pesar de que las personas suelen acudir cuando el trastorno lleva años instalado en la vida del paciente que acude a terapia individual, se pueden conseguir notables mejorías.
3. Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC)
Dentro del trastorno Obsesivo- Compulsivo es importante diferenciar lo que son las obsesiones, compulsiones y rituales:
Las obsesiones son pensamientos, impulsos o imágenes de tipo invasivo y repetitivo que se presentan en la mente sin ser deseados; suelen ser irracionales e incontrolables por parte de la persona que los padece. Algunos ejemplos de estos pensamientos obsesivos son los siguientes: miedo a dejarse el gas abierto, o los grifos, o miedo a contagiarse si no se está perfectamente higienizado, miedo a poder llegar a hacerle daño a alguien…
Las compulsiones son acciones que la persona se siente “obligado” a realizar, es como si se coaccionase internamente para calmar la tensión excesiva.
El pensamiento que dirige esta acción es: “Si no llevas a cabo esta acción “x”, algo terrible podría pasar”. Estas acciones pueden darse con una frecuencia relativamente baja o bien con un ritmo periódico tan intenso que hace la vida social y personal imposible. Por ejemplo, pasarse literalmente, horas lavándose las manos, verificando que han cerrado el gas una y otra vez, recontando cosas…
Los rituales son repeticiones de una acción codificada (por ejemplo; “si no cuento hasta tres no puedo cerrar la puerta”)
4. Trastorno por estrés post-traumático
Este trastorno de ansiedad surge tras una situación en la que nuestra vida corrió un grave peligro, como una violación, un accidente de coche, una guerra o una catástrofe natural.
Las personas que sufren este trastorno suelen tener ansiedad por los recuerdos y pensamientos que se les sobrevienen continuamente y de forma intrusiva, a la cabeza sobre ese recuerdo traumático.
Lo más importante es acudir a un profesional cuanto antes, para evitar que surja este problema post traumático. En nuestro centro de psicología podemos ayudarte y ponerte en manos del mejor psicólogo Coruña ansiedad
5. Fobias específicas
Una fobia es un sentimiento de miedo irracional ante un estímulo específico, dando una respuesta exagerada ante algo que realmente no genera ningún peligro.
Estas personas sienten un gran miedo a esas situaciones y a veces se obsesionan, llegando a pensar todo el día en ello e incluso tener pesadillas por las noches.
Un ejemplo de fobias puede ser el miedo a las arañas, las serpientes o los ascensores. Las personas que sufre una de estas fobias evitan continuamente estas situaciones perpetuando de este modo su ansiedad.